jueves, 28 de junio de 2012

LA OPORTUNIDAD. Relato, Las sibilas

                   En la antigua Roma, un grupo de hechiceras conocidas como las Sibilas escribió nueve libros que contaban el futuro de Roma. Le llevaron los nueve libros a Tiberio.
—¿Cuánto cuestan? —preguntó el emperador de Roma.
—Cien monedas de oro—respondieron las Sibilas.
Tiberio, indignado, las expulsó. Las Sibilas quemaron tres libros y volvieron.
—Siguen costando cien monedas —dijeron.
Tiberio se rio y no aceptó. ¿Pagar por seis libros lo mismo le pagaría por nueve?
 Las Sibilas quemaron otros tres libros y volvieron con los tres restantes.
—Siguen costando cien monedas de oro —dijeron.
Tiberio, mordido por la curiosidad, acabó pagando, pero sólo consiguió leer parte del futuro de su imperio.
Dice el maestro: Forma parte del arte de vivir no regatear con la oportunidad.
Paulo Coelho

Liberarse por completo


     San Antonio vivía en el desierto, cuando un día se le acercó un joven: «Padre, vendí todo lo que tenía para así ayudar a los pobres. Sólo guardé unas pocas cosas para poder sobrevivir aquí. Me gustaría que me enseñase el camino de la salvación».
      San Antonio le dijo al muchacho que vendiera las pocas cosas que había guardado y, con el dinero, fuese a comprar carne a la ciudad. A la vuelta debía traer la carne atada a su cuerpo.
       El muchacho obedeció. A su regreso fue atacado por perros y halcones, que querían un pedazo de carne. «Ya estoy de vuelta», dijo el muchacho mostrando su cuerpo arañado, mordido, y las ropas hechas jirones.
    «Aquellos que empiezan una nueva vida queriendo mantener un poco de su vida anterior acaban desgarrados por su propio pasado», fue el comentario del santo.
"Maktub" Paulo Coelho

lunes, 25 de junio de 2012



Una tarde, Rabiya -una famosa mística sufí- estaba buscando algo en la calle, junto a su pequeña choza. Se estaba poniendo el sol y la oscuridad descendía poco a poco. La gente fue congregándose , y le preguntaron:-¿Qué haces? ¿Qué se te ha perdido? ¿Qué estás buscando?Ella contestó:
-Se me ha perdido la aguja.
La gente dijo;
-Se está poniendo el sol y va a resultar muy difícil encontrar la aguja, pero vamos a ayudarte. ¿Dónde se te ha caído exactamente? Porque la calle es grande y la aguja pequeña. Si sabemos exactamente dónde se ha caído resultará más fácil encontrarla.
Rabiya contestó:
-Más vale que no me preguntéis eso, porque en realidad no se ha caído en la calle, sino en mi casa.
La gente se echó a reir y dijo:
- ¡Ya sabíamos que estabas un poco loca! Si la aguja se te ha caído en casa, ¿Por qué la estamos buscando en la calle?
Rabiya replicó:
-Por una razón tan sencilla como lógica: en la casa no hay luz y en la calle aún queda un poco de luz.
La gente volvió a reirse, y se dispersaron. Rabiya los llamó y dijo:
- ¡Escuchadme! Eso es lo que hacéis vosotros. Yo me limitaba a seguir vuestro ejemplo. Os empeñáis en buscar la dicha en el mundo exterior sin plantear la pregunta fundamental:
"¿Dónde la has perdido?". Y yo os digo que la habéis perdido dentro. La buscáis fuera, por la sencilla y lógica razón de que vuestros sentidos están abiertos hacia el exterior. Por lo demás os aseguro que no la habéis perdido ahí, y lo digo por experiencia propia. Yo tambien he buscado fuera, durante muchas, muchas vidas, y el día que miré dentro me llevé una sorpresa. No hacía falta buscar y registrar; siempre había estado dentro.

domingo, 17 de junio de 2012

"Todos estamos destinados a brillar"
  (Marianne Williamson, y Nelson Mandela)


 Nelson Mandela, en su discurso inaugural como Presidente de Sudáfrica (1994-1999), pronunció estas palabras del libro de  Marianne Williamson "Regreso al Amor", que han sido también citadas en películas motivadoras y recomendables, tales como “Coach Carter” (basada en hechos reales) y “Akeellah and the Bee”(conocida en español como "Akeelah contra todos" -aunque en realidad es Akeelah con todos- o como "Akeelah y las letras"), también basada en un concurso que existe.


    "Nuestro más profundo temor no es ser inadecuados. Nuestro más profundo temor es que somos poderosos sin medida. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad la que más nos asusta. Nos preguntamos, “¿Quién soy yo para ser brillante, hermoso, con talento o fabuloso? ". En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres un hijo de Dios. Jugar a hacerte pequeño no le sirve al mundo. No hay nada iluminador en que te encojas para que las otras personas no se sientan inseguras a tu alrededor. Todos estamos destinados a brillar, como hacen los niños. Hemos nacido para hacer manifiesta la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No está sólo en algunos de nosotros, está en todo el mundo. Y cuando dejamos que nuestra propia luz brille, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Como estamos liberados de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a otros."
        "Our deepest fear is not that we are inadequate. Our deepest fear is that we are powerful beyond measure. It is our light, not our darkness that most frightens us. We ask ourselves, 'Who am I to be brilliant, gorgeous, talented, fabulous?' Actually, who are you not to be? You are a child of God. Your playing small does not serve the world. There is nothing enlightened about shrinking so that other people won't feel insecure around you. We are all meant to shine, as children do. We were born to make manifest the glory of God that is within us. It is not just in some of us; it is in everyone. And as we let our own light shine, we unconsciously give other people permission to do the same. As we are liberated from our own fear, our presence automatically liberates others."
Marianne Williamson